Recursos de desnutrición para pacientes

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La forma en que nos alimentamos a lo largo de nuestra vida influye en nuestra forma de envejecer. Sin una nutrición adecuada, nuestro cuerpo no puede mantenerse sano, luchar contra las enfermedades o hacer frente a las que ya padecemos. Una mala nutrición debilita nuestro sistema inmunitario y nos hace vulnerables a las infecciones, y hace más lenta la recuperación y la cicatrización de las heridas. También provoca cambios de peso poco saludables y pérdida de masa muscular que pueden provocar fragilidad, caídas, fracturas de huesos, discapacidad, pérdida de independencia y complicaciones de enfermedades. También puede dar lugar a enfermedades y afecciones relacionadas con la nutrición.

Las últimas directrices dietéticas del Departamento de Agricultura de EE.UU. abordan la nutrición en las distintas etapas de la vida y ofrecen importantes recomendaciones para lograr una dieta completa. Las directrices hacen hincapié en que los alimentos y bebidas que consumimos tienen un profundo impacto en nuestra salud, ahora y en los años venideros. Todos tenemos el poder de maximizar y mejorar nuestra salud, añadir vitalidad a nuestros años, reducir el riesgo de enfermedad y aumentar nuestra esperanza de vida, es decir, el número de años que vivimos con buena salud. Y las investigaciones demuestran que nunca es demasiado tarde para mejorar.